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Juicios de Acción Moral (página 2)



Partes: 1, 2

Una agente dice: estoy cansada por que he jugado futbol
durante todo el día, sí la agente que emite la
proposición realmente se siente cansada, es un enunciado
verdadero que de forma implícita manifiesta el deseo de
descansar, por lo tanto estaría describiendo un estado
mental intencional intrínseco. Si el agente enunciara:
estoy cansado como si hubiera jugado futbol durante 40
días consecutivos, esta descripción se expresa en
sentido figurado puesto que es una ilustración de la
intensidad del cansancio y no habría intencionalidad
intrínseca en este caso. El estado intencional
intrínseco es un fenómeno mental que implica
siempre un estado mental intencional y un objeto sobre el cual
ésta dirigido. A saber, el estado mental intencional
dirigido sobre un objeto o estado de cosas en el mundo se da
mediante una relación de representación. Esta es
una imagen mental de un objeto, estado o una idea y sólo
se da en la medida en que es representada por un agente, las
condiciones de satisfacción que implica el estado mental
intencional son simplemente inseparables de la
representación si el agente no tiene conciencia de las
condiciones de satisfacción la representación no
deja de ser tal. El contenido intencional determina las
condiciones de satisfacción que permiten entender la
representación de la intención y su
dirección de ajuste. "Mi creencia se satisfará
sí y sólo sí las cosas son cómo yo
creo que son, mis deseos se satisfarán sí y
sólo sí se cumplen, mis intenciones se
satisfarán sí y sólo sí se llevan a
cabo." Si el estado mental posee un objeto intencional real,
entonces el estado mental puede ser satisfecho. El estado mental
no puede ser satisfecho por lo tanto no posee un objeto
intencional real; si digo: los elefantes rosados vuelan por la
mañana, esta creencia no posee un objeto intencional real
por lo cual el estado mental no puede ser satisfecho,
además tiene un contenido proposicional que rompe la
relación mente-a-mundo o mundo-a-mente siendo ello una
condición necesaria para satisfacer el estado mental
intencional.

No obstante, algunas acciones aparte de los eventos y
sucesos no están precedidas por el estado mental
intencional, estas son las acciones voluntarias. La voluntad es
un estado mental como la intención, las creencias o los
deseos, pero la voluntad es una tendencia sin finalidad
previamente establecida y difiere de la intención en la
medida en que ésta alude a la tendencia de la voluntad
hacia un objeto específico. Entonces, una acción
intencional implica una premeditación, con el fin de
lograr un propósito determinado, mientras una
acción voluntaria no, cómo en el caso del
movimiento físico. Por ejemplo, es voluntario que Juan
alce el brazo, pero es intencional que señale a su madre
que esta al otro lado de la calle, es voluntario colgar una valla
en la pared, pero es intencional querer anunciar sobre una
vacante; es intencional servir una taza de café, pero no
es intencional derramarla sobre la mesa; es voluntario darle un
golpe a un balón, pero es intencional hacer el gol. Es
decir, una acción voluntaria puede ser intencional o no
intencional pero una acción intencional necesariamente es
voluntaria. La acción intencional implica una voluntad de
hacerla, pues muchas veces hacemos cosas sin querer cómo
cuando intentamos abrir una lata de atún pero
accidentalmente nos cortamos el dedo o cuando estamos caminamos y
accidentalmente tropezamos y caemos. Así, las
consecuencias de la acción son las que permiten
relacionarla con el contenido intencional.

Racionalidad
practico-moral

La acción intencional se caracteriza porque posee
una justificación ante la pregunta ¿Por
qué?
Es decir, el por qué muestra las
razones que tuvo el agente para actuar. La descripción de
la intención nos muestra "la situación futura
que se menciona debe ser tal que el agente nos de a entender que
piensa que puede producirla mediante la acción por la cual
le hemos preguntado"[36]
Ahora bien, el
agente A al ejecutar una acción puede tener una
intención primera W que desencadene una secuencia de
acciones X y Y que lleven a la acción Z finalmente. En
este caso las razones que describa el agente A cómo
justificación de la acción puede ser tanto la
descripción W cómo la Z, sólo que
ésta ultima sería el fin último de la
acción, entonces X y Y serían el
cómo
o el medio a través del cual logra
determinada acción final. Entonces, el agente A que desea
preparar el almuerzo para su hijo debe realizar una secuencia de
acciones que lo llevaran a tal fin, de este modo, la
intención es hacer el almuerzo por que cree que su hijo
llegará del colegio hambriento, hacer el almuerzo es la
acción final donde desemboca su creencia, sin embargo para
tal fin necesita ejecutar una serie de acciones cómo: a)
ir al supermercado, b) comprar los alimentos, c) regresar a la
casa, d) mezclar los ingredientes de la forma adecuada y e)
cocinarlos, las acciones a, b, c, d y e constituyen una serie de
medios que pueden responder precisamente a la pregunta
¿Cómo? Esta serie de hechos al relacionarse entre
sí se consideran cómo medios y el resultado de esta
serie de acciones sólo por ser tal se consideran
cómo fin. En consecuencia, el contenido de la
intención del agente A, constituye una forma de
conocimiento, pues si hace a, b, c, d, y e con el fin de lograr Z
hay un conocimiento referente a lo que puede suceder. Así
realizar Z establece no sólo una forma de conocimiento
sino una acción intencional, Anscombe considera
que"(…) El contenido de una intención puede ser
un elemento en el que existe un conocimiento u opinión
basado en la observación, la inferencia, un rumor, una
superstición, o cualquier cosa en que se base el
conocimiento o la
opinión"[37]

Así que ¿en qué reside la
intención? La intención reside en el estado mental,
ahí es donde hay que buscarla, pues es el estado mental el
que conduce al agente hacia un objeto o estado del mundo.
Consideremos la siguiente demostración: La agente P esta
sentada en las gradas de un parque totalmente inmóvil,
esperando a la agente Q, ahora bien, esperar es la acción
que la agente P ejecuta, esperar puesto que es un verbo es una
acción, no obstante, P ejecuta dicha acción sin
movimiento físico alguno, entonces ¿En que reside
la acción? Es claro, esperar es una acción
sólo por la intención que la produce, en este caso
es la creencia de que la agente Q llegará, en
términos más precisos, la intención es una
explicación de un acontecimiento próximo, pero no a
modo de predicción sino mediante razones que justifican el
hecho. Más allá de razones que demuestren el hecho
es la explicación del estado mental que la
causó.

El razonamiento
práctico más que mostrarnos la verdad nos muestra
lo que más nos conviene hacer

Ahora bien ¿el razonamiento que conduce a la
acción implica un conocimiento de sus consecuencias? El
razonamiento es un proceso que permite la obtención de un
juicio a partir de otros, como sucede por ejemplo con el
silogismo. Cuando los medios que se emplean para realizar una
acción final son susceptibles de no funcionar tal como se
había previsto, entonces no se lleva a cabo la
intención. "El razonamiento es un argumento que afirma que
algo es verdadero" . Este procedimiento del pensamiento referido
a la acción implica un razonamiento práctico, que
responde a la pregunta ¿para qué? ¿Para
qué lo deseas? ¿Para qué lo quieres? El
razonamiento práctico se caracteriza por que el juicio
está dirigido hacia un fin último, que es la
acción final, por ejemplo, en el caso del agente que desea
realizar la acción Z, para poder hacerlo debe realizar la
serie de acciones a, b, c, d éstas últimas son el
medio a través del cual se logra la acción final,
las acciones a, b, c, d, si bien necesitan una forma de
razonamiento previo al acto no constituyen para el agente un
razonamiento con base en el razonamiento práctico, puesto
que éste sólo se manifiesta dando una mirada a la
totalidad de la acción de la siguiente manera: 1) el
estado mental Intencional, 2) las acciones a, b, c y d
cómo medios para lograr el fin último y 3) la
acción Z cómo tal, que es donde converge el estado
mental intencional. Las acciones a, b, c y d representan las
múltiples alternativas o medios que puede usar un agente
para llevar a cabo una acción más que una variedad
de acciones.

¿El razonamiento práctico nos conduce
necesariamente a una acción ética? El razonamiento
práctico dicho de una u otra manera es la inserción
de la razón en la acción, éste no implica
necesariamente un razonamiento ético-moral, pues muchas
acciones no poseen asuntos morales de ningún tipo. El
razonamiento práctico más que mostrarnos la verdad
nos muestra lo que más nos conviene hacer, un razonamiento
en términos ético-morales tendría
cómo producto una proposición de aquello que es lo
más pertinente realizar. Las consideraciones morales
remiten inmediatamente a una acción más que a
emitir una proposición sin ninguna intención de
llevarla a cabo, salvo en un razonamiento hipotético. Si
por medio de un razonamiento práctico podemos deducir lo
que deberíamos hacer, entonces, se establece una
relación del razonamiento con la acción, en
consecuencia la acción realizada producto de un
razonamiento nos debe permitir inferir lo que el agente quiso con
ello. De esta manera, se podría decir que el razonamiento
práctico requiere una racionalidad para los medios y una
racionalidad para el fin, siendo los fines de la racionalidad
práctica lo que el sujeto desea o quiere.

Ahora bien, la intención de la acción se
puede evaluar y justificar fácilmente cuando está
dirigida hacia un objeto***concreto en un lugar determinado. Sin
embargo, cuando tenemos un estado mental dirigido sobre una
generalidad del objeto surge una gran dificultad para llevarlo a
la acción, por ejemplo, un agente que desea casarse pero
no conoce la mujer con la que desea hacerlo y no sabe donde
encontrarla. El estado mental que está dirigido sobre un
objeto en particular presupone un conocimiento u opinión
de dicho objeto, de esta forma puede desembocar en la
acción para satisfacerse "La acción intencional
siempre presupone lo que podría denominarse "conocer el
camino propio con respecto a" los asuntos incluidos en la
descripción bajo la cual una acción puede llamarse
intencional, y este conocimiento se ejerce en la acción y
es práctico" así, un razonamiento práctico
implica elegir dentro de múltiples alternativas el medio
más apropiado para lograr un fin determinado, el agente
sólo podrá elegir aquellos que considere más
pertinentes así haya varias formas posibles de ejecutar la
acción. "La característica del razonamiento
práctico es que el objeto querido se encuentra a cierta
distancia de la acción inmediata, y ésta es
calculada como la forma de obtener, hacer o asegurarse el objeto
querido" . Claro está, que el conocimiento de lo que puede
suceder es independiente de la acción misma, pues una
buena intención puede desembocar en una acción
catastrófica o viceversa, como en el caso de un agente que
se acerca con la intención de ayudar a alguien que fue
atropellado por un carro y yace en el pavimento, pero a causa de
su falta de conocimiento médico o de primeros auxilios,
termina lesionando más al pobre moribundo. Así que,
¿si, el conocimiento de los medios que se pueden usar para
realizar una acción producto de un razonamiento
práctico, es susceptible de fallar, desencajar o alterar
la acción prevista, entonces, cómo puede haber
conocimiento práctico? En una observación detenida
de la acción no se trata de ver la explicación
física del conjunto de moléculas corporales que en
movimiento ejecutan la acción misma, sino la causa misma
que lleva al agente a realizar ese movimiento, éste se
origina de modo psicológico, primero está el estado
mental, seguidamente la direccionalidad de éste, y por
último la acción donde converge el estado
mental.

Ya esta claro que la acción parte de un estado
mental intencional, ese estado mental sólo puede
evidenciarse mediante la justificación o
fundamentación que expone el agente en cuanto a su
acción. Ahora bien, ¿la fundamentación de la
acción que parte de la intencionalidad es un posible rasgo
que permite evaluar una acción o juicio de carácter
moral? "la moral se expresa característicamente en
juicios, y los juicios reclaman una pretensión de
fundamentación" pero ¿Por qué un agente debe
fundamentar su juicio moral?

(..) La fundamentación de los propios juicios
morales con respecto a los demás, por el simple hecho de
que la moral consiste en la recíproca exigencia de
determinadas acciones y omisiones. Cuando nuestras convicciones
morales divergen, estamos ante el hecho de que exigimos a los
demás que restrinjan su libertad de modo que no les perece
evidente; por eso cuando no se nos someten simplemente, nos vemos
abocados forzosamente a la cuestión de fundamentar estas
exigencias. Y en el caso de que no haya de antemano convicciones
morales comunes, la alternativa a la fundamentación
será la fuerza.

A la hora de enfrentarnos a una decisión de
carácter ético-moral el cuestionamiento que surge
es ¿Qué debo hacer? la respuesta a esa pregunta
estará influenciada por las creencias religiosas,
filosóficas, políticas, culturales o
ideológicas del agente, lo cual usualmente puede generar
un dilema. Tradicional y teóricamente la moral se asocia
al bien, a lo más bueno o a lo más conveniente para
determinado fin o para generar un bienestar de forma objetiva, es
decir, un bienestar que se pueda aplicar a cualquier caso bajo
cualquier circunstancia. La ética en todas sus formas y
manifestaciones, ideológicas, sociales, religiosas etc.
posee un trasfondo que converge siempre en la conducta más
apropiada.

Para dar mejor claridad sobre la intencionalidad como un
rasgo que permite definir la justificación de la
acción moral, daremos una mirada a lo que se considera
como correcto o bueno: "Lo que hace a las acciones correctas es
que produzcan más bien del que pudiera haberse producido
por cualquier otra acción posible para el agente" se juzga
como correcto o incorrecto a los hechos ya realizados, con base
en las consecuencias, y no en los motivos que propiciaron la
acción, así que lo correcto implica un buen fin.
Pero ¿Que es un buen fin? ¿Que es lo bueno? lo
bueno se caracteriza por qué sirve para un fin determinado
de forma eficaz, es mejor que el promedio y además posee
cualidades admirables por si mismas.

Entonces ¿si lo correcto implica un fin bueno,
que implica lo bueno? Implica que sea bueno
intrínsecamente y no por sus características o
consecuencias "lo intrínsecamente bueno se define de la
mejor manera posible como lo que es bueno con independencia de
cualquiera de los resultados que produzca" es decir, lo bueno no
podría ser bueno en relación con dos o mas cosas,
entonces un acto moralmente bueno es el que procede de un buen
motivo, éste, el motivo es lo que determina la
elección del estado mental intencional además posee
una relación con las razones para actuar, pero los motivos
no causan la acción, pues ésta sólo es
causada por el estado mental intencional. Un acto moralmente
bueno o malo remite a los motivos por el cual se hace "La bondad
de una acción depende de que brote de uno u otro de
ciertos motivos conocidos; la bondad de una actividad intelectual
de que sea un caso de conocimiento o de opinión bien
fundada; la bondad de un estado afectivo, de que sea
placentero."6 De esta manera, un acto moralmente bueno no depende
de una acción correcta, sino del motivo que de una u otra
manera remite al estado mental donde se origina la acción,
en consecuencia, los motivos que generan la acción y la
acción cómo factum constituyen dos componentes
diferentes de la acción moral puesto que la acción
moral y la intención moral son dos elementos ligados a la
conducta moral.

Ahora bien, la dualidad bueno-correcto e
intención-acción poseen una relación en la
medida en que bueno e intención remiten al estado mental
que posee el motivo, razón u origen de la acción;
la acción representa el hecho en si mismo, que de una u
otra manera es el medio que se usa en aras de lograr el fin
propuesto intencionalmente, las consecuencias de la acción
permiten inferir lo correcto o incorrecto. Un agente percibe lo
moral en el momento en que las condiciones de la situación
referentes a la acción le exigen actuar de una u otra
manera, pues una acción intencional usualmente tiene
consecuencias sobre otros agentes o sobre si mismo, así
que lo que un agente decida hacer o no hacer requiere de una
racionalidad previa a la acción que considere en alguna
medida los derechos de los demás y los propios, así
que, cuando un agente desea algo debe considerar moralmente los
medios más propicios para conseguir eso que
desea.

El juicio moral surge cuando los medios que se usan para
satisfacer los intereses propios y las consecuencias del mismo
vulneran los derechos de los demás o cuando el estado
mental mismo del que parte la acción no posee fines
benévolos. Como anteriormente aclaramos el razonamiento
práctico nos puede mostrar la acción más
pertinente para lograr un fin determinado, puesto que implica un
conocimiento u opinión sobre el objeto o el estado sobre
el que está dirigido el estado mental, entonces, el agente
tiene la responsabilidad moral de buscar la vía correcta
para obtener lo deseado o querido.

¿Cómo podemos evaluar una
acción ético-moral partiendo de la intencionalidad
y del razonamiento práctico?

Debemos dar una mirada a los siguientes
elementos:

a) El origen de la acción se halla en el estado
mental.

b) El estado mental evidencia el fin benévolo o
malévolo de la acción.

c) La direccionalidad del estado mental desemboca en la
acción.

d) las consecuencias de la acción permiten emitir
un juicio judicativo sobre la misma.

Consideremos el siguiente ejemplo:

El agente P y el agente Q tienen el deseo de ser
promovidos al siguiente año escolar, para ello necesitan
aprobar el examen final de matemáticas cómo
requisito. Para lograr tal fin, el agente P decide estudiar
arduamente matemáticas durante los dos meses anteriores al
examen, mientras que el agente Q, opta por hacer trampa en el
examen y transcribe los temas a ser evaluados en una
pequeña pieza de papel que esconde en el interior de su
reloj previamente adaptado para ello. Ambos se encuentran en el
salón de clases desarrollando el examen de
matemáticas, a 10 minutos de terminar el examen, el agente
P no ha resuelto una parte de las preguntas y el agente Q en un
acto de generosidad le ofrece su reloj con el temario que guarda
dentro y que efectivamente le servirán para responder la
totalidad de preguntas del examen. Ahora bien, el agente P a
pesar de tener el reloj en su poder decide no mirar lo que
contiene y hacer un último esfuerzo mental por responder
las preguntas apelando a su memoria y a su conocimiento.
Posteriormente ambos logran su cometido, aprobar el examen y ser
promovidos al siguiente año. En este ejemplo hay un caso
de razonamiento práctico y por extensión de
razonamiento moral. Ahora bien, la acción final es
realizar el examen y aprobarlo, para lograr satisfacer el estado
mental en este caso el deseo, se requiere de unos medios, tal
como plantea la racionalidad práctica. Estos medios
responden a la pregunta ¿cómo? el agente P elige
cómo medio estudiar, el agente Q hacer trampa. p1. El
agente P desea aprobar el examen para ser promovido al siguiente
año.p2. El agente P cree que estudiar los temas sobre los
que versa el examen le permitirá responder las preguntas y
aprobar el

mismo. : El agente P decide estudiar denodadamente
durante dos meses para aprobar el examen.

P1. El agente Q desea aprobar el examen para ser
promovido al siguiente año. P2. El agente Q Cree que hacer
trampa en el examen le permitirá responder las preguntas y
aprobar el

mismo. : El agente Q decide hacer trampa para aprobar el
examen.

¿Cual es la implicación ético-moral
del asunto? El agente P tiene la oportunidad de hacer trampa para
responder las preguntas faltantes de su examen, sin embargo
decide no hacerlo, ¿por qué decide no hacer uso de
la trampa? Creo que influye definitivamente los medios elegidos
para lograr el fin último, pues poseen un valor
intrínseco en si mismo – dos arduos meses de estudio-.
Además es la forma más eficaz para aprobar un
examen de eso no cabe duda, tal aseveración fue el motivo
para que el agente P actuara así. "(…) la bondad de una
actividad intelectual, – depende- de que sea un caso de
conocimiento o de opinión bien fundada" evidentemente la
vía que eligió el agente P para lograr su cometido
es la más pertinente y efectiva para lograr el fin. Por
otra parte, el agente Q a pesar de tener la misma intencionalidad
que el agente P decide usar otros medios, -hacer trampa en el
examen-. ¿Qué implicación posee el
razonamiento del agente Q? Para dar respuesta a esta pregunta voy
a partir de la definición de razonamiento, como el proceso
interno por medio del cual obtenemos una información
derivada de datos dados. Ahora bien, cuando el agente Q concluye
que haciendo trampa logrará aprobar el examen ya que
tendrá acceso a los temas que evaluará el profesor
durante el examen, el agente Q ha hecho un razonamiento, no
obstante, si nos detenemos a analizar las consecuencias de su
acción, nos daremos cuenta que su acción no es la
más pertinente, racionalmente ni moralmente, pues en el
siguiente año escolar es posible que requiera de los
conocimientos en matemáticas que no adquirió
cognitivamente debido a la trampa, además
engañó al profesor lo cual no evidencia una buena
intención o un fin benévolo.

La racionalidad práctica es una
argumentación que muestra una descripción
teórica manifestada en una acción, ello implica
necesariamente tener en cuenta las consecuencias del actuar de
manera que no afecte el bienestar de los demás ni el
propio. Son precisamente las consecuencias de la acción
las que permiten emitir un juicio moral sobre las mismas en la
medida en que nos remitimos al origen de la acción -estado
mental intencional-. Así, la moralidad se da en la medida
en que el sujeto reconoce en su acción algo bueno o algo
malo y más aún en el criterio que use para elegir
el medio a través del cual realizará la
acción. Se podría decir, grosso modo, que la
racionalidad práctica es la inserción de la
razón en la acción, de esta manera, si deseo o
quiero el fin, debo querer o desear los medios que me dicte la
razón para conseguirlo, querer el fin pero no aceptar los
medios en orden a la racionalidad cualquiera que estos sean,
equivale a algo irracional, y una acción irracional
usualmente puede tener consecuencias graves para otros o para si
mismo lo cual genera un problema ético-moral para el
agente.

En resumen, la intencionalidad y la direccionalidad del
estado mental sobre objetos o estados de cosas en el mundo
externo, posee unas condiciones de satisfacción
mediáticas que requieren usualmente de una o varias
acciones para ser llevadas a cabo, la racionalidad
práctica nos muestra la forma más pertinente para
satisfacer el estado mental, y más aun la racionalidad
practico-moral, pues esta permite satisfacer el estado mental de
forma completamente exitosa. En esta medida la intencionalidad
puede ser un rasgo que define los eventos que pueden ser
evaluados moralmente, puesto que permite determinar la
relación de los estados mentales con el mundo externo.
Cabe aclarar que, la justificación, los motivos o razones
que expone el agente cómo causa de su acción
permiten comprender la intencionalidad moral de la misma,
entendiéndose moral en su sentido más amplio, es
decir, cómo la noción de bien, bienestar o
conveniencia que cada uno prefiere y que puede aplicarse en
cualquier circunstancia.

Bibliografía

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VON WRIGHT, G. Henrik. Sobre la libertad humana.
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Autor:

Isabel cristina Londoño
Acevedo

Licenciada en filosofía, Universidad
Tecnológica de Pereira

 

[1] SINGER, Peter. Compendio de ética.
Madrid: Alianza,1995 p 67

[2] ibíd., p 68

[3] CORNMAN, J.W. PAPPAS, G.S. & LEHRER,
K. Introducción a los problemas y argumentos
filosóficos. México: Universidad Nacional
Autónoma de México, 1990. 438 p

[4] Deuteronomio 7:9-10

[5] Ley Judía

[6] SINGER. ob. cit., p 134

[7] Deuteronomio 6:18

[8] CORNMAN, J.W. PAPPAS, G.S. & LEHRER,
K. ob.cit., p 144

[9] SINGER, ob.cit., p 166

[10] Ibíd., p. 174

[11] Ibíd., p. 189

[12] Ibíd., p. 187

[13] SINGER, ob.cit., p 638

[14] Ibíd., p. 642

[15] Uno de los métodos para evaluar
un juicio moral de gran trascendencia para la
teorización ético-moral, la planteó el
psicólogo Lawrence Kohlberg. Es un estándar que
permite clasificar la conducta moral en diferentes niveles de
desarrollo, nivel pre convencional, convencional y post
convencional.

[16] SINGER. ob.cit., 624 p

[17] Ibíd., p. 542

[18] KANT, Manuel. Crítica de la
razón práctica. México: Porrúa,
2004. 112 p

[19] CORNMAN, J.W. PAPPAS, G.S. LEHRER, K.
ob.cit., 478 p

[20] MILL, Jhon Stuart. El utilitarismo.
Buenos Aires: Aguilar, 1968. 29 p

[21] ROSS, William David. Lo correcto y lo
bueno. Salamanca: Sígueme, 1994. 16 p

[22] Ibíd., p.43

[23] Ibíd., p.57

[24] CAMPS, Victoria. Historia de la
ética. Barcelona: Critica, 1989. 195p (Victoria Camps,
es filósofa teórica en cuestiones éticas,
catedrática de filosofía moral de la universidad
de Barcelona )

[25] VON WRIGHT, G. Henrik. Sobre la libertad
humana. Barcelona: Paidós, 2002. 17 p

[26] Ibíd., p 18

[27] Ibíd., p 14

[28] VON WRIGHT. ob.cit., p 28

[29] SINGER. ob.cit., p 715

[30] Ibíd., p 713

[31] DAVIDSON, Donal. Mente, mundo y
acción. Barcelona: Paidós, 1992. 130p

[32] Ibíd., p.156

[33] VON WRIGHT. ob.cit., p 31

[34] HAACK, Susan. Evidencia e
Investigación. Madrid: Tecnos, 1997. 28p

[35] TUGENDHAT. ob. cit., p 96

[36] Ibíd., p 96

[37] ANSCOMBE, Elizabeth. Intención.
Barcelona: Paidós, 1991. 15 p

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